lunes, 25 de marzo de 2019

FORSYTH, EJEMPLO DE EMPRENDEDOR DE POLÍTICAS

La academia, en su estudio del funcionamiento del Estado, la gestión pública y las política públicas, ha identificado unos sujetos que han sido denominados “emprendedores políticos” o “emprendedores de políticas”. 

Como en el sector privado, los emprendedores de políticas toman la iniciativa para romper el equilibrio existente; generando nuevas normas, nuevas políticas públicas, nuevas formas de organización o promoviendo la acción del Estado. El emprendedor político –a través de todo lo señalado– rompe con la inercia y limitaciones que suelen existir en el Sector Público. 

Estos emprendedores pueden aparecer en cualquier nivel o estatus de la organización del Estado. Pueden tener poder formal o no. Pueden ser políticos electos, altos funcionarios designados, asesores, servidores civiles o inclusive gente externa; que logra un impacto (por ejemplo, líderes sociales, directores de ONGs, personas de think tanks o periodistas comprometidos con algún tema).

Como en el sector privado, los emprendedores políticos tienen iniciativa, objetivos, organización y capacidad de dirección (y resistencia también); de manera que mueven a las entidades estatales, actuando dentro de las mismas restricciones (reglas, presupuesto, capacidad del personal, cultura organizacional, entre otros). Donde otros se quejan o ven limitaciones, ellos emprenden y logran resultados.

Waissbluth en su muy conocido texto (La Reforma del Estado en América Latina. Guía para exploradores en la jungla), señala que las innovaciones, cambios, reformas o mejoras, se encuentran en entidades públicas; donde sus directivos tomaron la iniciativa. Señala también que -con frecuencia– tales innovaciones, cambios, reformas o mejoras se hicieron de arriba hacia abajo (top – down). Es decir, alguien tuvo la visión estratégica, la capacidad de organización y dirección (y la perseverancia) ……. para promover el cambio. Aunque no utiliza el término “emprendedor político”, Waissbluth describe esta figura. Cuando aparece alguien que quiere promover cambios, los logra hacer (la expresión en su texto es: “cuando se quiere se puede”). 

No está claro para la academia, qué factor o circunstancia determina la aparición de estos emprendedores. Podría ser un factor aleatorio (casual) o algún elemento escaso, que pocas veces se manifiesta en el sector público. Podría ser un factor intrínseco propio de la personalidad de cada sujeto o de la historia personal del emprendedor o, algún factor externo que lo “mueve” a tomar acción. Podría ser una situación puramente altruista o su propia ambición (querer destacar y alcanzar otros “mercados políticos”). Podría ser la consecuencia de la presión ciudadana o de grupos de interés.

El Estado Peruano tiene tantas limitaciones y problemas en su funcionamiento y en su desempeño, que llama la atención cuando irrumpe alguien como Forsyth, que –pese a las limitaciones existentes– toma la iniciativa y busca romper esa situación de equilibrio. Forsyth es un emprendedor político (al margen de sus motivaciones u objetivos). En el Estado Peruano hacen falta figuras como él.

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