El caso Odebrecht ha revelado los problemas de corrupción de alto nivel en que han estado involucrados vice ministros, ministros e inclusive Presidentes de la República. Sin embargo, considero que los problemas no se agotan en esas altas instancias. Existen algunas derivadas, que deberíamos considerar.
Primera derivada.
Como hemos señalado en publicaciones anteriores, los actos de corrupción siempre son bilaterales, sinalagmáticos, de contraprestaciones recíprocas. En estos casos, la “prestación” del funcionario corrupto es la omisión de sus funciones o, su ejercicio distorsionado. En la corrupción sofisticada no se va a encontrar una operación directa, que vincule la omisión de funciones o su ejercicio distorsionado con la entrega del beneficio. No se va a encontrar un “acuerdo” estableciendo las prestaciones recíprocas, ni constancias de entrega, recibos de constancias de cumplimiento.
En los casos de corrupción sofisticada se van a encontrar que la omisión de funciones o aplicación distorsionada va a estar “justificada” o disfrazada, por actos que –prima facie –parecen válidos y justificados.
La mayoría de estos actos no se desarrollaron directamente por los vice ministros, ministros o Presidentes involucrados. Estos actos se llevaron a cabo por los niveles siguientes de la administración pública y aparecen inicialmente como justificados o válidos.
Debería revisarse y evaluarse estos procedimientos. Supuestamente, estos procedimientos y sus mecanismos de control están orientados a promover decisiones transparentes, neutrales y eficientes. Sin embargo, es claro que estos procedimientos y controles fallaron en varios casos. Tenemos que evaluar qué falló a este nivel, donde están los puntos críticos, los factores de riesgo; para perfeccionarlos y hacerlos menos vulnerables a la corrupción. Esta evaluación está pendiente.
Segunda derivada.
Si bien se ha señalado que el denominado “Club de la Construcción” existía desde antes de las operaciones de corrupción de Odebrecht, esta empresa introdujo mecanismos más sofisticados para ejecutar sus acciones de corrupción. En este contexto, podemos asumir que hay conductas aprendida por otra empresas, y que dichas prácticas se han desplegado -probablemente- a menor escala, en otras empresas, en otros niveles de gobierno y en tiempos más recientes (a lo mejor, continúan hasta hoy).
Por ello –conociendo mejor las malas prácticas que introdujo Odebrecht- es necesario realizar investigaciones a otros niveles, para determinar si esas prácticas se han extendido o si continúan vigentes.
Tercera derivada
Debemos analizar de manera más detallada, qué actores participaron en los actos que promovieron, facilitaron o constituyeron actos de corrupción, más allá de los altos niveles de gobierno y las empresas.
Los actos de corrupción, en muchos casos simulados o justificados inicialmente, han requerido de la asesoría de diversos tipos de profesionales (asesoría sofisticada probablemente). Debemos conocer quienes fueron, cómo participaron y qué prácticas se realizaron. Una vez identificados, los gremios del sector privado deberían hacer un claro deslinde con dichos sujetos, con sus prácticas y promover reglas éticas (de auto regulación) mucho más estrictas.
correcto estimado Juan José, las malas practicas generadas por la megacorrupción continuan vigentes, tanto en el diseño y estructuración de Concesiones como su interpretación y renegociación, los mismos precedentes generados por Odebretch son replicados por otros concesionarios oportunistas. Es necesario que Proinversión y el Concedente identifiquen y reconozcan estos errores para que no se sigan repitiendo, pero lamentablemente no se hace, se sigue repitiendo falacias como que todo los sobrecostos son causados por estudios deficientes (y no por sobredimensionamiento, sobrevaloración, dedo de Dios que genera el concurso oferta sin precio fijo)
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