domingo, 27 de noviembre de 2016

¿Y la reforma del Servicio Civil? ¿Omisión, indecisión, abandono?

Desde su primer mensaje, el Presidente PPK señaló que su gobierno estaría centrado en: i) servicios de agua y saneamiento, ii) servicios de salud, iii) seguridad ciudadana y lucha contra la corrupción, iv) infraestructura pública para el desarrollo y la productividad, v) educación pública y vi) descentralización; temas cuya importancia nadie podría discutir y que son –ciertamente–cuestiones  que el Estado debe abordar con decisión y eficiencia.

Sin embargo, llama la atención que a cuatro meses de haber asumido funciones, el nuevo gobierno haya hecho muy pocas declaraciones públicas y limitadísimas acciones relacionadas al estado del servicio civil y al proceso de reforma iniciado.

Decimos que llama la atención, porque los servidores públicos constituyen el factor fundamental, el elemento clave del cual depende –en gran medida– el movimiento, la acción y el desempeño del Estado. De nada sirven cambios normativos, cambios de sistemas, planificación, estrategia o mayores recursos si no se cuenta con servidores idóneos, que hagan realidad las políticas públicas contenidas en normas, planes, programas y presupuestos. Un gobierno con tecnócratas sabe de esto.

Dar prioridad al servicio civil es importante, no sólo en el largo plazo. Es un asunto en el que los cambios en el largo plazo se empiezan a construir desde hoy. Sin perjuicio de los temas ya conocidos como la multiplicidad de regímenes existentes, el aumento constante de personal, el mayor gasto, el limitado nivel profesional existente o, la falta de medición del desempeño y evaluación del personal; existen situaciones que deben ser atendidas. Sólo mencionaremos un par de temas, para mostrar el sentido de urgencia que se requiere.


En primer lugar tenemos la situación en el Congreso. Es muy probable que se apruebe una ley incorporando al régimen laboral del Decreto Legislativo 728 a los trabajadores profesionales, no profesionales, asistenciales y administrativos de ESSALUD que se encuentran bajo el régimen (CAS). Esto podría extender a otros casos y a otras instituciones, sin tomar en cuenta la nueva Ley del Servicio Civil y el proceso de mejora que para su implementación se requiere.

En segundo lugar, está el tema de la negociación colectiva de compensaciones económicas en el sector público. Tema complejo, harto debatible, sujeto a múltiples intereses y donde no existe un solución evidente o una única solución. Este tema debe resolverse en el 2017, pero hay mucho trabajo por hacer.

Este gobierno debería poner la reforma del servicio civil entre sus prioridades y mostrarlo claramente. Para empezar debe definir el destino de la Autoridad Nacional del Servicio Civil – SERVIR, definir su conducción, potenciar sus equipos técnicos y dotarla de presupuesto adecuado. Luego debe elaborar una estrategia que refuerce la rectoría en el Sistema Administrativo de Gestión de Recursos Humanos. En esa línea es importante definir mecanismos de medición del desempeño y evaluación del personal (esto es posible, aún fuera de la nueva Ley del Servicio Civil). 

Finalmente, el gobierno debería definir los recursos presupuestales disponibles para los próximos años y, en función a ello, determinar el rumbo de la reforma así como la estrategia y las acciones para la incorporación de servidores al nuevo régimen.

No enfrentar las complejidades del servicio civil no solamente pone en riesgo el desempeño futuro del Estado (afectando con ello al ciudadano), sino que afecta también al propio gobierno, pues difícilmente podrá alcanzar los objetivos que se ha trazado.

1 comentario:

  1. Creo que antes de preguntar al Gobierno, se debe procurar que Servir difunda, promueva. Alguna vez le pregunté a JC Cortés por qué Servir no tiene organos desconcentrados en el interior del paia. Reitero la pregunta.

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