Hay múltiples definiciones sobre innovación social. Básicamente tiene que ver con la solución de problemas sociales, que logran mejorar la vida de las personas; promovidos o desarrollados desde el Sector Privado o desde el Sector No Lucrativo (el Tercer Sector). Para ello se utilizan nuevos métodos, nuevos marcos conceptuales, nuevas formas de diseño de soluciones y se aprovechan nuevas relaciones. Se trata de la irrupción social de la Sociedad Civil, para enfrentar y solucionar problemas sociales, sin tener -necesariamente- la participación del Sector Público.
Tradicionalmente frente a problemas sociales o públicos, se había considerado que era el Estado o el Sector Público, el que debería enfrentar, asumir y solucionar tales problemas. Sin embargo, se han producido dos fenómenos en paralelo, en los últimos tiempos. Por un lado, los Estados, por efectos de los grupos de interés que los han cooptado, no necesariamente cumplen con dicho rol. En muchos casos han privilegiado lo que los “grupos de interés” buscaban.
Por otro lado, la "responsabilidad" frente a los problemas sociales y públicos ya no se considera exclusividad del Estado. Ahora se considera que las empresas, las organizaciones de la sociedad civil y los ciudadanos tienen que mucho que decir y hacer sobre ellos.
La innovación social puede intervenir en ambos temas: para mover al Estado y reconducirlo a un ejercicio adecuado de los poderes públicos y para promover acciones que, desde la sociedad, mejoren e innoven frente a los problemas sociales y públicos (buscando soluciones nuevas, creativas). En ese sentido, se puede producir una interacción positiva (virtuosa).
En el primer aspecto (“mover al Estado”), la innovación social puede llevarlo a retornar hacia la “Primacía del Ciudadano”. Así, se podría promover la acción del Estado en los siguientes frentes:
a) Escuchar y atender a la ciudadanía. Esto le permitiría tener información sobre sus perspectivas, sus necesidades, sus problemas, sus preferencias.
b) Consultar y solicitar propuestas de solución. Las soluciones propuestas también pueden venir de los que sufren los problemas y conocen su entorno.
c) Las soluciones desde la sociedad civil pueden funcionar como laboratorios de innovación, para ver qué funciona, qué no, y bajo qué circunstancias.
d) Las organizaciones de la sociedad civil pueden generan redes de presión, de aprendizaje, de solución, de interés común.
En el segundo aspecto (“promover acciones desde la sociedad”), la innovación social puede promover un mejor conocimiento ciudadano del Estado y de las organizaciones del Sector Público. Es un error creer que las organizaciones del Sector Público funcionan igual que las organizaciones del Sector Privado. El Estado y el Sector Público -en cualquier parte del mundo- tiene restricciones particulares, que deben ser tomadas en cuenta. Conocer estas restricciones y características puede ayudar en la propuesta de soluciones o de reformas en el funcionamiento del Estado.
Por otro lado, muchas de las acciones de innovación social podrían apalancarse en el Estado, en su poder y sus recursos económicos. Generalmente los Estados son organizaciones más estables y tienen más recursos.
En ese sentido, se podrían establecer mecanismos de colaboración público–privada o público–social, con participación de los promotores de la innovación social; donde se tome ventaja de las potestades públicas. Además, esta colaboración, como ya se señaló, podría promover la innovación al interior del Sector Público.
Hay que tomar en cuenta que muchos proyectos sociales de innovación son inestables o temporales porque dependen de los recursos de donantes o aporte de muchos voluntarios o de la buena voluntad de las personas. La colaboración con el Sector Público podría generar estabilidad y sostenibilidad financiera en este tipo de proyectos.
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