Los críticos del mercado, no suelen ser conscientes de que el denominado mercado, intercambio o contratación, es un mecanismo promovido desde la sociedad, que genera riqueza. Como ya lo señalaba Adam Smith, una serie de decisiones individuales, generan una gran coordinación social y promueven el bienestar (de allí la referencia a una “mano invisible”). Si bien los mercados perfectos sólo existen en los libros (en la teoría de la competencia perfecta) y en la realidad existen los mercados pueden tener imperfecciones (fallas de mercado) o estar sujetos a altos costos de transacción, peor estamos sin mercado o cuando su alcance se reduce.
Para entender el efecto del mercado en la sociedad, veamos un ejemplo sencillo y básico de una transacción. Imaginemos que estamos en una sociedad donde existen dos personas. Uno es el propietario del inmueble y el otro es una persona que tiene dinero. El propietario valora su inmueble en 80 (mil dólares) y la otra persona tiene 100 (mil dólares) disponibles. El total de riqueza en ese colectivo, porción de la sociedad o sociedad es de 180 (mil dólares), tal como lo presentamos en el siguiente cuadro.
Que sucede en la sociedad cuando funcionan los contratos, el intercambio o el mercado. Sucede que el propietario se transforma en vendedor y la persona con dinero, en comprador y los recursos (el inmueble y el dinero) se reasignan entre ellos. Si se forma el contrato y se cumple según lo pactado veremos la siguiente situación:
El contrato y el intercambio ocurren, porque quienes participan mejoran su situación. Esta mejora en situaciones individuales, tiene un efecto colectivo o social. Fíjense en este ejemplo, como se ha mejorado en 40 (mil dólares), la situación de este conjunto de personas. Para ver el efecto agregado del mercado, podríamos multiplicar el valor obtenido en cada intercambio individual por el número de contratos que se producen en un momento y un sector determinados.
Imaginemos ahora, que sucedería, si por alguna razón, estas dos personas no pudieran contratar. Ello podría producirse porque existen costos de transacción prohibitivos o porque el Estado lo prohíbe o lo limita. Esto último no es una ficción. Existen quienes creen que el mercado debería limitarse muchísimo (y ser sustituido por decisiones del Estado) o inclusive dejar de existir (porque el Estado puede tomar mejores decisiones, que cada uno de nosotros). Cuando ello ocurre, se está condenando a las personas y a la sociedad a quedarse en la situación original.
En esta situación original hay un determinado nivel determinado de riqueza o de bienestar. Pero como hemos visto, con el mercado puede ser mayor. Las decisiones anti mercado nos empobrecen y nos quitan oportunidades. Contrariamente a lo que muchos dicen, la solución no es menos mercado, la solución a muchos problemas sociales es más mercado.
La vida nos ha permitido experimentar hoy, como sería una vida sin mercado o con un mercado muy reducido. Vea lo que está sucediendo por efecto de la pandemia. Las restricciones por la pandemia impiden el desarrollo del mercado. En pandemia estamos viviendo con menos mercado y todos sentimos sus efectos: reducción en nuestros ingresos, en nuestras oportunidades de negocio o trabajo, finalmente en nuestro bienestar.
Cuando alguien plantee una sociedad con menos mercado, piense que ya lo vivió … lo vivió en la pandemia del COVID – 19 y evalúe, si le conviene o no.
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