Un aspecto “olvidado” de la Ética e Integridad de los servidores públicos.

 Usualmente cuando se hace referencia a Ética e Integridad de los servidores públicos, se piensa en la corrupción. Sin soslayar ese tema, quiero llamar la atención sobre una cuestión, que siendo obvia; debe ser uno de los aspectos más obviados, descuidados y “olvidados” en el Sector Público. 

Me refiero al trabajo diligente, con esmero y eficiencia. Esas son condiciones fundamentales que también forman parte del haz de condiciones éticas y de integridad que deben cumplir los servidores públicos. Y la muestra de ello está en la Ley del Código de Ética de la Función Pública (Ley N° 27815).

Entre los principios del Código de Ética encontramos el de Eficiencia y el de Justicia y Equidad. En el principio de Eficiencia se señala claramente que el servidor público debe brindar calidad en cada una de las funciones a su cargo, procurando obtener una capacitación sólida y permanente. El principio de Justicia y Equidad señala que el servidor público debe tener permanente disposición para el cumplimiento de sus funciones.

En esa misma línea, el Código de Ética establece el deber de Responsabilidad, por el cual, todo servidor público debe desarrollar sus funciones a cabalidad y en forma integral, asumiendo con pleno respeto su función pública.

Ser íntegro o ético en la función pública no solamente significa “no coimear”. También se aprovecha indebidamente de la función pública quien trabaja sin esmero ni calidad. El ciudadano no merece eso. Y servidores públicos así, no deberían continuar en la función pública.